A estas alturas no hace falta que te digamos que mentir en el currículum es una de las peores cosas que puedes hacer en tu búsqueda de empleo. ¿Por qué? Porque el mercado de trabajo es muy pequeño y la verdad acaba saliendo a la luz tarde o temprano (ya sea durante la entrevista de trabajo o una vez contratado/a). ¿Pero cuáles son las mentiras más habituales en un CV; ésas que a ti te parecen «pasables» pero que en realidad llaman la atención de los reclutadores? Vamos a repasar algunas de las más sangrantes y, por ende, las más fácilmente comprobables por los responsables de Recursos Humanos.
Indicar que has estudiado una carrera, máster o posgrado que en realidad nunca has terminado
No pasa nada si no llegaste a terminar la carrera que empezaste. Es posible que no te gustara, que decidieras reorientar tu trayectoria académica o que un problema personal o económico impidiera que pudieras terminarla. Al reclutador no le importa la razón por la que finiquitaste tus estudios antes de tiempo, pero eso no significa que puedas mentir en tu CV y asegurar que acabaste la carrera. Si cursaste solo dos años de Ingeniería Informática, por poner un ejemplo, puedes mencionar estos dos años de estudios pero no hacerlos pasar por una carrera completa.
Hacer pasar las prácticas curriculares por experiencias profesionales
Las prácticas curriculares NO están consideradas experiencias profesionales. Esto puede resultar una auténtica faena para las personas que buscan su primera oportunidad laboral y han enlazado varios periodos de prácticas en empresas. En muchas ocasiones, las tareas que realizan los becarios son las mismas que las de alguien que está en plantilla.
Sabiendo esto, y por mucha rabia que nos dé, no podemos «maquillar» estas prácticas y hacerlas pasar por experiencias laborales propiamente dichas. En tu currículum deberás mencionar tus experiencias como becario/a, por supuesto, pero indicando claramente que son prácticas en empresas.
Inflar un puesto de trabajo…
Porque no es lo mismo ser redactor que redactor jefe; las funciones y el nivel de responsabilidad son sustancialmente diferentes en ambos puestos de trabajo. Así pues, por muy tentador que pueda resultar inflar este puesto de trabajo no es lo más recomendable.
…o «crear» uno nuevo que nunca existió
Muchísimo peor es inventar un puesto de trabajo o una empresa en la que jamás has trabajado. El reclutador puede desenmascararte rápidamente al pedirte credenciales, referencias a antiguos jefes (que no existen en realidad) o ejemplos concretos de tu supuesto trabajo. Lo mejor es no arriesgar porque, repetimos, te van a pillar.
Decir que dominas X idioma o habilidad
Puede que te pidan un C1 en inglés y tú que tienes un B2 «maquilles» tu dominio del idioma en el currículum. Aunque no es lo más recomendable, casi todos lo hemos hecho en alguna ocasión. Sin embargo, afirmar que eres bilingüe en inglés o que dominas cierto programa informático (cuando ninguna de las dos afirmaciones son ciertas) es algo que se puede demostrar fácilmente a través de una prueba o una entrevista de trabajo en inglés. Así pues, si no sabes inglés o no dominas X herramienta, no te arriesgues utilizando cualquiera de estas mentiras.
No ser completamente honesto/a con el periodo de tiempo que trabajaste en X empresa
Lo sabemos: a nadie le gusta tener vacíos laborales en el currículum, ya que estos lapsos de tiempo no siempre dependen de nosotros mismos. Aún así, es mejor dejar este hueco y especifiques lo que hiciste mientras tanto (cuidar de un familiar dependiente, cambiar de sector laboral, especializarte en otra cosa, tomarte un año sabático…) que indicar que trabajaste diez meses en X empresa cuando en realidad solo fueron dos. Al reclutador le será tan fácil descubrirlo como descolgar el teléfono y llamar a tu antiguo jefe.