Como ya hemos comentado en más de una ocasión, siempre es aconsejable revisar el contenido de tus redes sociales cuando te encuentras en plena búsqueda de empleo (especialmente si tus redes son públicas y están al alcance de todo el mundo). ¿El motivo? Muchos reclutadores buscan y analizan las redes sociales de los candidatos antes de contratarlos. Un comentario polémico en Twitter o una fotografía comprometida en Facebook pueden ser razones más que suficientes para descartarte de un proceso de selección. Sin embargo, esta práctica tan habitual de los recruiters no compete únicamente a las redes sociales; lo mismo ocurre con la información que aparece en Internet cuando «googleas» tu nombre. Lo que un reclutador puede encontrar cuando busca tu nombre completo en Google también puede ser determinante para seleccionarte (o no).
Busca tu nombre completo en Google y revisa o elimina este contenido
Lo más normal del mundo cuando «googleas» tu nombre es que aparezcan tus redes sociales (si es que las tienes). Si esto ocurre y consideras que en tus redes hay contenido poco profesional (fotografías tuyas yendo borracho/a, por ejemplo) o que pueden dar lugar a malentendidos (comentarios con altas dosis de humor negro) lo mejor que puedes hacer es borrar este contenido o directamente privatizar tus redes sociales. ¿Fácil, verdad?
Ahora bien: este no es el único contenido peliagudo que un recruiter puede encontrar al buscar tu nombre en Google:
Perfiles en redes sociales obsoletas
Facebook, Instagram, Twitter, LinkedIn… Todas ellas son RRSS que tienes más o menos controladas porque las usas habitualmente. ¿Pero qué hay de ese perfil que te abriste en Badoo hace diez años en el que subiste algunas fotografías más que sugerentes? ¿O esa cuenta de Fotolog que tenías con 15 años y nunca llegaste a borrar?
Basta con «googlear» tu nombre y repasar los resultados de búsqueda para darte cuenta que deberías borrar o darte de baja de esas páginas/redes sociales que ya no usas ni te representan.
Comentarios polémicos en foros de opinión
Hace años no había tanta información como ahora sobre huella digital y reputación online. Por eso ahora no se nos ocurre dejar un comentario incenciario en foros o redes sociales con nuestro nombre completo. ¿Pero qué hay de tu Yo de hace quince años? ¿Era consciente de ello? Probablemente no.
Imagina que «googleas» tu nombre y aparece aquel comentario con tintes machista que dejaste hace eones en un hilo de Foro Coches. Afortunadamente has cambiado e incluso condenas los pensamientos que tenías hace quince años, pero el recruiter que te ha buscado en Google y ha dado con esta publicación no tiene por qué pensar lo mismo. Así pues, si al buscar tu nombre encuentras contenido de estas características y ya no te representa como persona lo mejor que puedes hacer es borrarlo.
Resultados con tu nombre completo que redirigen a páginas web pornográficas
Supongamos que escribes tu nombre completo en el buscador de Google y, al apretar «Enter», descubres que uno de los resultados de búsqueda lleva tu nombre. Y no solo eso: al pinchar en él descubres que el resultado te redirige a una página web de pornografía. Aunque pueda resultarte desagradable este hallazgo, que no cunda el pánico: son tus datos personales que han sido vendidos a otras páginas.
Cuando descargas una app y aceptas los términos legales de una empresa subsidiaria de Google, por ejemplo, dicha empresa puede ceder o vender tus datos personales para que aparezcan este tipo de cosas. No porque tú estés implicado/a, sino para que adquieras el servicio. ¿Significa esto que un recruiter puede asociar tu identidad con este tipo de contenido? Lo cierto es que no debería: a estas alturas casi todo el mundo sabe que los datos personales son vendidos y revendidos por el mero hecho de suscribirte a un canal o descargar una aplicación.
Aún así, si al buscar tu nombre completo te encuentras con este tipo de contenido y te incomoda, puedes contactar con el servicio de ayuda de Google y pedir que se retire tu información personal.
Imágenes personales explícitas no consentidas, pornografía falsa publicada sin consentimiento, información financiera o médica, contenido de «doxxing»… Estos son solo algunos ejemplos de información personal que puedes retirar haciendo la solicitud pertinente.