La falta de retos profesionales, la realización diaria de tareas repetitivas, la pérdida de la ilusión de los primeros meses o años, la sensación de que no queda nada por aprender en el puesto de trabajo actual… Son solo algunas de las causas o factores que marcan el inicio del síndrome del estancamiento profesional. Pero no debes preocuparte, te hablamos de un síndrome, mucho más común de lo que seguramente imaginarás ¿Quieres conocer todos los síntomas de estancamiento profesional? Entonces no dudes en seguir leyendo.
Cómo detectar el estancamiento profesional
Con estancamiento profesional no queremos decir que no se esté contento con el propio trabajo. Nuestras funciones son las mismas que al principio, y sin embargo ahora sentimos cosas que no sentíamos en aquellos momentos.
Por lo tanto, cuando hablamos de este problema, la raíz del mismo no se encuentra en el desarrollo de nuestra labor, sino en nuestra actitud frente a la propia actividad. En la mayoría de casos puede superarse este síndrome, y en otras será de verdad necesario un cambio. Pero, en cualquier caso, para poder combatir el Síndrome del Estancamiento Laboral tendrás que detectar los síntomas que lo acompañan:
1. Cansancio o agotamiento
Cuando sufrimos estancamiento profesional, la energía nos falta. Es quizá el síntoma más fácil de reconocer, porque notamos un cansancio injustificado durante nuestra jornada laboral, que automáticamente se convierte en alegría o euforia cuando salimos del lugar de trabajo.
Si tu trabajo te aburre, estás estancado: así de simple.
2. Falta total de motivación
A esto hay que sumarle la ausencia de cualquier tipo de motivación en el trabajo; motivación por levantarte cada día laborable de la semana, por sacar adelante tus tareas de la mejor manera posible, por proponer nuevas ideas o soluciones que mejoren el funcionamiento de la empresa…
3. Desconfianza hacia tu jefe
El síndrome de estancamiento laboral genera en la inmensa mayoría de casos una desconfianza hacia los superiores, pues se tiende a pensar que ellos tienen una mala imagen de nosotros, y que no están recibiendo lo que esperan de nuestro trabajo.
4. Escasa relación con los compañeros
En la misma línea, cuando uno está estancado profesionalmente tampoco las relaciones laborales con los compañeros de trabajo son las mejores. El motivo es que se siente una profunda inseguridad y un gran pesimismo, y esto puede dar pie a la intolerancia, a las discusiones y al aislamiento.
5. Incomodidad cuando llegan nuevos profesionales
Asimismo, la llegada de nuevo talento a la empresa se percibe por la persona que está estancada como una amenaza. Aunque no se tiene motivación por ir a mejor, tampoco se desea ir a peor.
Y, tras confirmar que efectivamente estos síntomas son reales, se puede pasar a analizar otro tipo de síntomas. Se trata de actitudes o pautas que podemos observar en nuestra empresa o en nuestros jefes y que denotan también ese estancamiento laboral que estamos padeciendo, sobre todo si llevamos años trabajando en la misma empresa:
- Las oportunidades de promoción interna en tu trabajo son escasas y desiguales: si hace mucho tiempo que no tienes oportunidades de promoción que crees que mereces, o si consideras que a tus compañeros se les dan muchas más opciones de a ti, puede ser un signo de que tu empresa te considera estancado.
- Poca implicación en la gestión y toma de decisiones: no te invitan a reuniones, no comparten contigo los éxitos y tampoco te trasladan las preocupaciones, precisamente porque no creen que te pueden interesar, por tu actitud o por tu situación.
- Tu objetivo en la organización no está del todo claro: si, tras años en la empresa, percibes que tu rol no está bien definido o que tus tareas cambian de un mes para otro, es muy probable que la empresa perciba en ti el estancamiento profesional que tú mismo sientes.