Todo el mundo tiene unas fortalezas personales y unas debilidades que se reflejan en su puesto de trabajo. No existe el empleado perfecto, con todas las fortalezas demandadas y ninguna debilidad, así que tendremos que hacer todo lo posible por desarrollar fortalezas y crear nuevas a lo largo de nuestra trayectoria profesional. Paralelamente, trabajaremos en minimizar las debilidades, aunque lo que nos interesa hoy son las fortalezas personales en el trabajo. Identificar las oportunidades de crecimiento será clave para desarrollarlas.
¿Qué son las fortalezas personales?
Las fortalezas personales son esas capacidades, cualidades, recursos o habilidades innatas que todos tenemos. No siempre somos capaces de identificarlas, pues es algo natural. Si las extrapolamos al mundo laboral, vemos que las fortalezas en el trabajo son, precisamente, las cualidades, actitudes o habilidades que se buscan en un perfil profesional. Aspectos como el compromiso e implicación, la puntualidad, la inteligencia emocional, la responsabilidad y capacidad de liderazgo, la ambición laboral o las habilidades comunicativas son solo algunos ejemplos.
Identificar oportunidades para potenciar fortalezas en el trabajo
¿Qué se te da bien? ¿En qué destacas? Respondiendo a estas dos preguntas, podrás identificar tus fortalezas. No hace falta que pienses en algo que hacer perfecto, sino en aquello que haces mejor que el resto. Estas son tus fortalezas. Más allá del éxito, el instinto también nos ayudará a detectar las fortalezas. Aquellas actividades que hacemos de forma intuitiva, que nos gustan y que sabemos hacer bien, son sinónimo de fortalezas. Nos hacen sentir satisfechos, y nos ayudan a crecer como profesionales.
Muchas veces, nuestro instinto nos ayudará a identificar esas oportunidades de lucir las fortalezas que tenemos. Incluso sin ser completamente conscientes de ellas, la cabra tira al monte y nosotros iremos detrás de estas oportunidades. Además, puedes desarrollar tu propio plan para identificar las oportunidades de potenciar tus fortalezas en el ámbito laboral. Conste de cuatro acciones, y puedes ponerlo en práctica siempre que quieras. Estas son las claves:
- Focalizar: identifica cómo y dónde te ayudan tus fortalezas en su puesto de trabajo actual, en las tareas de tu día a día y en las diferentes funciones que asumes en el ámbito laboral.
- Revelar: seguro que hay situaciones donde aplicas esas fortalezas a la perfección. Pero la clave está en las oportunidades donde no aplicas esas fortalezas. Hay que revelarlas y empezar a aplicarlas para potenciarlas todavía más.
- Aprender: no siempre es fácil cumplir con el punto anterior. Por eso, hay que educar esas fortalezas y aprender nuevas técnicas para desarrollarlas. El conocimiento adquirido nos permitirá aprovechar esas oportunidades que estamos dejando pasar.
- Expandir: desarrolla tu trabajo con base en tus fortalezas para sacarlas a relucir
Una vez identificada la oportunidad, tenemos que aplicar las fortalezas. Para ello, al organizar el plan de trabajo no solo valoraremos las próximas tareas, sino cómo podemos utilizar en ellas nuestras fortalezas. El hecho de potenciar las áreas donde destacamos nos permite un mayor impacto en los resultados, un mayor progreso que nos ayudará a crecer como profesionales. La cosa no acaba aquí, pues regularmente tendremos que evaluar la acción de nuestras fortalezas. ¿Las estamos aprovechando al máximo, o todavía les podríamos sacar más partido?
Por último, ten en cuenta que tú también puedes generar oportunidades en el trabajo. Tener claros los objetivos que persigues, la búsqueda continua de alternativas o el empoderamiento tienen un papel fundamental en ello. Atreverte a dar el primer paso y salir de la zona de confort, puede marcar la diferencia entre crear la oportunidad o dejar escapar el tren; siempre controlando los riesgos y tratando de aprender de los riesgos. El camino no es fácil, pero a base de trabajo duro irán apareciendo las pequeñas victorias y tus fortalezas lucirán cada vez más.