El mundo se divide en dos tipos de personas: los que actúan directamente y los que le dan 1000 vueltas a cualquier asunto. Si eres de estos últimos, tienes un problema con el overthinking. Se trata de un problema que nos puede afectar tanto en el ámbito laboral como en nuestra vida personal. En el primer caso, se puede convertir en un lastre para la productividad de cualquier trabajador; y en ambos casos hablamos del que puede ser el germen de un problema de salud mental más grave. Está claro que pensar demasiado sobre un tema puede ser un desencadenante del estrés. Algunos de nuestros consejos que podrás leer a lo largo del artículo, son centrarse en el presente, encontrar ayuda profesional, reflexionar y meditar, entre otros. ¡No te los querrás perder!
¿Qué es el overthinking y cómo afecta a nuestra productividad?
Si nos limitamos a traducir el concepto del inglés, el overthinking consiste en pensar demasiado. Si tratamos de profundizar un poco más en la definición, nos encontramos con la acción de pensar demasiado en alguna cosa de un modo que no resultará útil. Por ejemplo, si tenemos un problema en el trabajo. Podemos pensar de una forma productiva, de modo que al final demos con la solución a la situación. Pero también se puede dar el caso contrario, donde le damos vueltas y vueltas al tema pero no en busca de una solución.
En este caso, gastamos unas energías en pensar sobre un tema que deberíamos invertir en solucionar la cuestión. Puedes estar días dándole vueltas, pero no servirá de nada. Este problema puede llegar a bloquearnos mentalmente, pues somos incapaces de reaccionar ante el asunto. Lógicamente, esto lastrará nuestra productividad laboral. La situación se puede agravar si el overthinking es el primer paso hacia un problema de salud mental más grave, lo que tendrá consecuencias todavía más graves sobre el rendimiento laboral.
Tips para dejar de un lado el sobrepensar en el trabajo
Más allá de afectar a la productividad laboral, el overthinking puede tener graves efectos sobre la salud de las personas. Por eso, hay que ponerle freno. El primer paso será identificar el problema y asumir que no es normal pensar tanto las cosas. A partir de aquí, podemos desarrollar una serie de estrategias para parar el overthinking:
- Desviar la atención: si hay algo que nos consume, podemos tratar de distraernos pensando en otra cosa. A veces, el no hacer nada acaba por agravar el problema. En este contexto, es preferible ocupar la mente con actividades alternativas. Cambia de ambiente, haz otra actividad…
- Céntrate en el presente: el pasado, pasado está. El futuro, ya vendrá. No tiene sentido preocuparse por un futuro que no sabemos que nos deparará, y mucho menos tratar de cambiar el pasado. Por eso, tenemos que ocuparnos del presente y afrontar el día a día. No hay que irse mucho más allá.
- Enfréntate a los pensamientos negativos: es muy fácil dejarse llevar por los pensamientos negativos, pero no tiene ningún sentido. Evita dar cosas por supuestas, pensar que todo saldrá mal, que nos darán respuestas negativas… Identificar estos pensamientos nos permitirá enfrentarlos y sustituirlos por otros positivos.
- Reflexión y mindfundless: ya hemos dicho que dedicar más tiempo del adecuado a los problemas es antiproductivo. Por eso, debemos centrar la reflexión en buscar soluciones al problema, en explorar alternativas. Soluciones como el mindfundless o la meditación nos ayudarán a resetear la mente y dar con la solución.
- Trabajar con un experto: no temas en buscar ayuda psicológica para solventar el problema. Aunque en ocasiones se trate de un tema tabú, los profesionales nos brindarán la ayuda y las pautas necesarias para dejar atrás el overthinking. Igual que vamos al médico si tenemos la gripe, el psicólogo nos ayuda a cuidar nuestra salud mental.