«Todo cambio es para mejor», dicen algunos/as, pero esta afirmación no siempre es cierta. Como seres humanos que somos nos precipitamos, nos equivocamos y, sobre todo, nos arrepentimos de ciertas decisiones tomadas. El entorno laboral no es ninguna excepción: muchas veces cambiamos de trabajo esperando dar con la solución a nuestros problemas profesionales y pensando que el cambio será para mejor. Y a veces, sencillamente, no lo es. ¿Sientes que te has equivocado al cambiar de trabajo? ¿No sabes si dar marcha atrás y volver a tu anterior empleo, conformarte con el cambio o seguir buscando nuevas oportunidades laborales? Vamos a analizar los distintos escenarios a los que te puedes enfrentar.
«Al cambiar de empleo me he dado cuenta de que mi anterior trabajo no era tan malo y ahora quiero volver»
Cuidadito con esto ya que podrías caer en la tentación del «más vale malo conocido«. En tu anterior empleo estabas quemadísimo/a, no tenías posibilidades de promoción interna y las condiciones laborales no te convencían. Por estos motivos decidiste buscar un nuevo empleo, superaste un proceso de selección y empezaste a trabajar en la empresa que ahora quieres abandonar. ¿La razón? Echas de menos tu trabajo anterior.
Al igual que ocurre cuando cortamos con una pareja y de repente solo nos acordamos de las cosas buenas y perdemos la perspectiva de las verdaderas razones que precipitaron la ruptura, es posible que te esté pasando lo mismo al darte cuenta de que el cambio laboral no era tan bueno como pensabas. Quizá lo habías idealizado y ahora te has llevado el chasco.
No obstante, antes de contactar con tu anterior empresa y preguntar si tienes posibilidades para regresar, has de pensar fríamente en las razones que te llevaron a abandonarla en un primer momento. No pierdas el foco.
Si aún reflexionando fríamente piensas que te has equivocado al abandonar tu anterior empleo, contacta con tu anterior jefe y sé sincero con lo que te ocurre. Quizá haya una posibilidad para regresar y puedes volver a empezar con buen pie.
«He cambiado de trabajo pensando que era la solución a mi insatisfacción laboral… pero sigo sintiéndome igual de mal»
Este supuesto puede ser una prolongación del caso anterior. Si en tu anterior trabajo te sentías insatisfecho/a y en el nuevo tienes la misma sensación, quizá el problema no es el trabajo en sí mismo: quizá necesitas hacer un ejercicio de autoconocimiento profesional para saber qué es lo que realmente quieres.
Pueden pasar varias cosas: que ya no te motive tu profesión y busques un cambio de carrera profesional (es decir, empezar desde cero), que quieras especializarte en otra cosa DENTRO de tu sector (en cuyo caso tendrás que reciclarte profesionalmente para asumir ese nuevo reto) o que tu insatisfacción vaya más allá de lo estrictamente laboral y necesites la ayuda de un profesional (un psicólogo o un orientador profesional titulado) para volver a encontrarte a ti mismo/a.
«He cambiado de trabajo pero sigue sin ser lo que busco»
En este caso, sigue buscando nuevas oportunidades laborales como lo estabas haciendo hasta ahora, con la tranquilidad de que ya tienes un empleo que te permite pagar las facturas y no tienes la presión de estar desempleado/a. Mientras tanto cambia tu forma de ver el trabajo y es que no nos engañemos: encontrar un trabajo que satisfaga tus expectativas profesionales y personales es una tarea bastante complicada y, salvo excepciones contadas, no se consigue de la noche a la mañana.
Es lo más normal del mundo aceptar un trabajo que no te motiva al 100% (pero que es mejor que el anterior que tenías) con el objetivo de seguir buscando la oportunidad que anhelas.