En un mercado laboral tan competido como el actual, las habilidades blandas y duras son tenidas en cuenta a la hora de definir cuál es el perfil idóneo para ocupar un puesto de trabajo. Ésta es una tarea que deberás realizar a título personal, como ejercicio de reflexión. Muchos profesionales todavía caen en el error de hacer un listado sin más, de una serie de capacidades abstrtactas que dicen poco de sí mismos. Sin embargo, a la hora de desarrollar tu Curriculum Vitae, debes tener en cuenta tanto las Soft Skills como las Hard Skills. ¿Pero en qué se diferencian las habilidades blandas de las habilidades duras? Presta especial atención.
En realidad, como profesionales dedicamos mucho tiempo a realizar cursos de idiomas, formaciones especializadas y técnicas, etcétera. Sin embargo, ¿cuánto tiempo dedicamos realmente a entender más sobre nuestra psicología y nuestras habilidades emocionales? Pensamos que un empleo no requiere de afectividad ni emoción pero la realidad es bien distinta, porque cualquier empresa necesita de profesionales capacitados para el trabajo en equipo, que puedan ser sometidos a situaciones de estrés y tengan una ágil respuesta ofreciendo soluciones a los problemas.
Diferencia entre Soft Skills y Hard Skills
La diferencia entre Soft Skills y Hard Skills (o lo que es lo mismo habilidades blandas y duras respectivamente) radica en el tipo de capacitación.
En el caso de las Soft Skills, nos encontramos ante cualidades personales relacionadas con la inteligencia emocional y social. Son aquellas habilidades que se potencian con el trato hacia los demás y que se cultivan a lo largo de la vida a través del contacto con otras personas, sin necesidad de cursos ni titulaciones.
Por contra, las Hard Skills son todas las habilidades y destrezas que se adquieren a través del conocimiento reglado y la experiencia profesional. Es lo que se conoce vulgarmente como inteligencia a secas, y para la que se entienden habilidades como la memoria, la lógica o los idiomas.
Como vemos, la diferencia entre las habilidades blandas y las habilidades duras se encuentra en la característica del conocimiento al que hacen referencia.
Hace años, las habilidades blandas no eran tenidas en cuenta en los procesos de selección. En estos casos, los recursos humanos solo buscaban profesionales con conocimiento adquirido por titulaciones. Sin embargo, a través de los sucesivos estudios y análisis de rendimiento empresarial ha quedado más que demostrado que un buen empleado debe tener habilidades blandas que acompañen su experiencia profesional. Aunque es una necesidad que no entiende de jerarquías ni niveles, las Soft Skills son muy demandadas en trabajadores que van a ocupar puestos de responsabilidad y de dirección. A las empresas actuales ya no les interesa aquellos tipos de trabajadores egoístas e intransigentes que no son capaces de comprender las motivaciones del resto del equipo.
El objetivo es desarrollar auténticos equipos de trabajo en los que cada pieza, cada empleado, supone un eslabón más de la cadena hasta el punto de que su participación laboral es imprescindible para el buen funcionamiento de la empresa. Un equipo de trabajo en el que la competencia es el sentimiento predominante, no va a ser capaz de adquirir los mismos resultados en términos de rentabilidad y de productividad para el negocio, que en el caso de un equipo liderado por profesionales cercanos, amigables y en los que la inteligencia social es su mejor herramienta.
A pesar de que existen diferencias entre las Soft Skills y las Hard Skills, un buen trabajador debe poseer ambas en proporciones similares. Ante la duda de dos profesionales para un mismo puesto de trabajo ganará a aquel que disponga de mayores habilidades blandas que lo capaciten para desarrollar de forma más eficiente la tarea.