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Podríamos resumir el concepto de Job Crafting como una metodología que permite a los empleados modificar su puesto de trabajo dándole un enfoque propio. A priori suena de maravilla pero ¿cómo de sencillo es conseguir esto? Desde luego este enfoque precisa una buena predisposición por parte de la empresa y del trabajador a partes iguales. El Job Crafting nos anima ser conscientes de cómo se piensa, actúa e interactúa con el trabajo. Gracias a ello se consigue fomentar la resiliencia, la felicidad, el compromiso y la productividad en el trabajo.

Te contamos todos los secretos de esta técnica que promete crear el trabajo perfecto para captar y retener al mejor talento humano en una empresa.

Revelamos los secretos acerca del Job Crafting
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¿Qué es el Job Crafting y cómo surge?

El Job Crafting hace referencia a la construcción del trabajo; de ahí viene su nombre. Aplicar esta técnica supone hacer un ejercicio previo de autoevaluación para descubrir cómo se gestiona el tiempo de trabajo, las tareas y la productividad de cada empleado.

Esta apuesta surge a raíz de que a pesar de los esfuerzos de muchas empresas por incrementar la felicidad de sus empleados, éstos cada vez van más desmotivados al trabajo.

Al menos en España, ya que según un estudio realizado por Randstad, el 29% de los españoles manifiesta no estar satisfecho con su puesto de trabajo; porcentaje que ha aumentado en 3 puntos en tan sólo un año.

Por ello el Job Crafting se presenta como una alternativa de calidad que cambia la perspectiva de que sea el empleado el que se adapte al puesto por la contraria: que sea el puesto el que se amolde a las características y capacidades de cada empleado.

Supone pues, un nuevo enfoque  para conseguir el empoderamiento en el trabajo de los empleados.

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Principales claves sobre el Job Crafting

A grandes rasgos, el Job Crafting supondría amoldarse a la dinámica de trabajo diaria de cada uno de los empleados. Como esta tarea supone un reto importante, es necesario conocer las principales claves de esta metodología para saber aplicarla de forma correcta, tanto desde la perspectiva de trabajador como de empresario.

1. Proporciona mayor flexibilidad laboral

Elegir cuándo, cómo y desde dónde trabajar debería ser el pilar principal para cualquier estrategia en la adaptación de la empresa a las capacidades y necesidades del empleado. El control horario y el registro de la jornada laboral, aunque obligatorios desde mayo de 2019, deben verse como una oportunidad para redefinir los puestos de trabajo y conseguir lograr la satisfacción de los empleados.

Poner en marcha políticas internas como el trabajo a distancia, aumentar la presencia en redes sociales internas o prescindir de las jerarquías, son pautas claras que incentivan la flexibilidad laboral de los empleados.

Con todo ello, gracias al Job Crafting, es posible obtener la tan ansiada flexibilidad laboral, pero para ello, el empleado debe implicarse también como parte activa de este proceso. En concreto, debe reflexionar sobre su puesto de trabajo y hacer «inventario» de todas aquellas tareas que se realizan en el día a día. Luego debe enfocarse en torno a tres aspectos principales con preguntas clave:

  • Las tareas: ¿soy multitasking o prefiero hacer una cosa y al acabarla empezar con otra? ¿me gusta planear las tareas con antelación o actuar de forma más improvisada? ¿qué cambiaría de las tareas que llevo a diario en mi puesto?
  • Las relaciones:  ¿cómo conecto con mi jefe y colaboradores? ¿funciono mejor trabajando en equipo o de forma autónoma? ¿qué puedo hacer para mejorar el ambiente laboral en mi trabajo?
  • La percepción: ¿que partes de mi trabajo me motivan y cuáles considero tediosas? ¿creo que podré mejorar mi desempeño enfocándome más en aquellas funciones que aumentan mi motivación por el puesto?

En definitiva, el autoconocerse a nivel profesional es clave a la hora de ejecutar esta técnica de forma adecuada.

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2. Aumenta la motivación y refuerza el compromiso con la empresa

Fidelizar a los profesionales requiere en gran parte, que su estancia y participación en la empresa sea lo más satisfactoria posible. Conseguir este objetivo es fácilmente alcanzable a través de la aplicación de técnicas de Job Crafting.

Las nuevas generaciones de profesionales ya no buscan únicamente un trabajo con unas condiciones salariales que les permitan vivir holgadamente, necesitan algo más; ese salario emocional tan apreciado y valorado en la actualidad.

El camino hacia la fidelización, además de ser un ejercicio personal, también es responsabilidad de las organizaciones. Aquí es donde entran en juego otras estrategias complementarias al Job Crafting, como el employer branding, que se configura que se configura para fidelizar al talento humano.

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3. Fomenta las buenas prácticas en las relaciones laborales

Decidir cómo y con quién  trabajar también forma parte de una buena estrategia de Job Crafting.

Dar libertad cierta libertad a los trabajadores para que decidan quiénes serán sus colaboradores de confianza al realizar un proyecto, fomenta mejor capacidad de acción y productividad de los trabajadores, que se sentirán mucho más independientes y libres a la hora de desarrollar sus funciones mediante ideas creativas en el trabajo.

Además, correctamente dirigida esta técnica, puede ser útil para que los trabajadores conozcan el desempeño de otros empleados en áreas de la empresa que les suelen ser ajenas en principio. Estos casos llamados ‘Relational Crafting’ ayudan a mejorar el puesto propio a desempeñar a través del conocimiento de las formas de trabajar de otros compañeros.

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4. Las obligaciones o el «Task Crafting» como epicentro del Job Crafting

Este concepto dentro de la metodología Job Crafting, supone uno de sus pilares fundamentales. Las obligaciones inherentes a un puesto de trabajo constituyen la base principal de dedicación de los empleados.

No obstante, estas obligaciones o tareas pueden reformularse, como ya hemos señalado anteriormente, con el fin de crear un propuesta de trabajo mucho más atractiva.  Y es que, sin duda alguna para cambiar el puesto de trabajo es fundamental cambiar las tareas que se realizan. Por tanto ¿por qué no modificar las responsabilidades del empleado añadiendo nuevos factores en los que es especialmente diestro?

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5. La percepción de la importancia del propio trabajo: el «Cognitive Crafting»

Para estar a gusto con el puesto hay que tener bien claro y presente que ese trabajo es importante. Pasar de ese clásico «trabajar en lo que amas» por «amar en lo que trabajas», o al menos, aprender a valorar lo que representa tu trabajo para otros; la utilidad del mismo.

Este pensamiento, llamado ‘Cognitive Crafting’, favorece el bienestar laboral al hacer que el empleado sepa que su trabajo forma parte de algo más grande, tanto para la sociedad como para la empresa.

 

En conclusión, el Job crafting se presenta como una alternativa innovadora que pretende crear puestos personalizados a cada trabajador. ¿Qué opinas? ¿Te gustaría transformar tu puesto de trabajo con esta metodología?

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