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No sabes qué responsabilidades tienes en el trabajo, qué tareas tienes que realizar en tu día a día o simplemente no sabes a quién dirigirte cuando hay un problema porque la jerarquía de tu empresa no está bien construida desde el principio. Estas situaciones son más normales de lo que parecen para muchas personas y el origen es claro: el puesto del trabajador no está bien definido. Por esta razón, no se sabe a qué debes responder o no sabes por donde vas a salir. No te preocupes más y sigue leyendo este artículo para ver qué puedes hacer y tomar medidas de forma inmediata.

Establecer las funciones de tu puesto de trabajo

Consejos para un puesto de trabajo mal definido

A continuación, vamos a darte una serie de consejos de acciones que puedes tomar si en tu lugar de trabajo tu puesto no está bien definido. Todos estos consejos te ayudarán a saber adoptar las responsabilidades justas para tu puesto de trabajo.

1. Organiza una reunión con tu mando superior

Decimos «mando superior» porque hay personas que, directamente, no saben quiénes son su jefe o la persona que está por encima de ellos. También puede darse el caso de que los departamentos de las empresas trabajen como team y no exista jefe, sino team leaders.

En cualquier caso, reúnete con esa persona y cuéntale todo aquello relacionado con el tipo de funciones que deberías realizar, el funcionamiento real de la empresa y tu valor dentro de ella. No te quedes con las dudas y aprovecha para aclarar todo lo que no sepas. Quizá te eche un cable para aquello que no tienes ni idea.

2. Aclara a los demás tus funciones

No solo lo hables con tu jefe/a, sino también con el resto de compañeros. Que los demás sepan lo que haces es importante, como también es que sepas lo que hacen los demás. De esta forma, podréis apoyaros los unos a los otros cuando necesitéis ayuda.

Es decir, que no quede únicamente en una conversación con tu líder, sino también esté hablado con los demás.

3. Relaciónate con tus compañeros para que estén al tanto

Informa a tus compañeros de las tareas que tienes, así como los objetivos marcados o proyectos en los que andáis trabajando. Es posible que alguno de ellos también esté en tu equipo, pero con tareas algo más diferentes. Comentándolo y hablándolo podríais llegar a entender vuestra función dentro de la organización.

Parece mentira, pero relacionarte y comentar lo que haces puede ayudar a entender qué es lo que desempeñáis.

4. Ten presente los objetivos de la empresa

Muchas personas que trabajan en la misma empresa no pueden llegar a entender el objetivo o metas que pretenden conseguir. Y esto es un error grave. Más bien gravísimo.

Si estáis trabajando en algo de manera conjunta, ya sea en un mismo proyecto o en uno paralelo, tenéis que tener claro cuál es el objetivo que perseguís y cuál es el que la empresa espera conseguir también. No tenerlo claro implicaría no conocer el funcionamiento de la misma, así como las funciones a realizar, por lo que podrías hablarlo en la reunión con tu jefe/a que te planteamos.

5. Establece tus límites en las tareas

Aprende a decir que no lo harás si es necesario. Puede parecerte pudoroso, pero para muchas personas no saben decir «no» a sus responsabilidades por miedo a que les echen, le tomen como un negado o como incapaz de hacer algo.

Lo cierto es que decir «no» es muy saludable y, a la larga, podría ayudarte a superar muchos problemas.

6. Revisa tu contrato

Por último, no digas «sí» a cualquier tarea si no está entre las funciones que pone en tu contrato. Si en tu contrato pone que te debes centrar en tareas de desarrollo web, no tienes por qué estar ejecutando las funciones de marketing.

Obviamente, dentro del sentido común de la regla. No seamos negacionistas a todo lo que nos planteen, ya que, por lo general, si nos piden ayuda en algo es porque tienen confianza en nosotros.

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