Hay muchas razones por las que nos sentimos atrapados en el trabajo. Ocupar un puesto para el que estamos sobrecualificados, un mal ambiente de trabajo, no sentirnos valorados o realizados o la propia precariedad laboral hacen que nos sintamos en esta situación. Esto da paso al estrés, cansancio físico y mental, e incluso al síndrome de burnout o trabajador quemado. ¿Qué podemos hacer si se da el caso? Buscar rutas de escape, romper con la rutina, dejar de comparar, establecer retos, salir de la zona de confort y ampliar tus capacidades. Vamos a ver las claves para recuperar la motivación en el trabajo, o, al menos, evitar sentirnos atrapados.
Buscar rutas de escape
Cuando nos enfrentamos a un problema en el trabajo, tratamos de buscar varias soluciones para quedarnos con la mejor. Lo mismo puedes hacer si sientes que te atrapa el trabajo. Haz una lista con todas las opciones que tienes para escapar, incluidas las más radicales como dejar el trabajo. Trata de incluir cuantas más opciones, mejor. De este modo, verás que tienes numerosas salidas a la hora de liberarte. Pero más allá de engañar a tu cerebro con este asunto, podrás poner en práctica aquella opción que más te convenga.
Romper con la rutina que te atrapa
Otra forma de evitar sentirte atrapado es modificar las rutinas, lo que te ayudará a ver las cosas con otra perspectiva. En cierto modo, las rutinas nos ayudan a gestionar el día a día, aunque también pueden tener el efecto contrario. Tampoco cambiaremos radicalmente, sino que empezaremos cambiando algún pequeño aspecto para más adelante introducir cambios mayores. Podemos aplicar este consejo tanto en nuestro día a día laboral como personal, pues nuestra vida privada también influye a la hora de sentirnos atrapados en el trabajo.
Evitas las comparaciones con los demás
Muchas veces caemos en el error de compararnos con los otros. Unas comparaciones que siempre son muy subjetivas. Evita valorar tu vida en función de la de los demás, no tienes por qué ceñirte al concepto de éxito de la sociedad. Valora cada paso que das, cada avance. Cuando nos sentimos estancados y nos comparamos con los demás, no hacemos más que agravar el problema. Tampoco podemos culpar a los demás de nuestra situación, o a una situación externa.
¿Has intentado salir de la zona de confort?
Muchas veces el estancamiento es un círculo vicioso, una espiral en la que nos sentimos atrapados. Sabemos que dar el paso nos ayudará a liberarnos, pero nos da miedo lo que pueda haber más allá. Aunque nos sintamos estancados, estamos en nuestra zona de confort y no es fácil salir de la misma. Es importante atreverse a dar el paso antes de que sea demasiado tarde, pues cuanto más tiempo pasemos en esta zona de confort más nos costará dejarla. Hay que buscar nuevos retos que nos puedan motivar.
Ampliar tus capacidades
Otra forma de crecer a nivel laboral es tratar de marcar las diferencias respecto a otros compañeros para ganar visibilidad delante de los superiores. Reforzar nuestra formación, ampliarla, aprender un idioma… Son pequeños retos que podemos marcarnos, y que nos ayudarán a crecer a nivel profesional y personal. El hecho de mejorar tu perfil con nuevas posibilidades puede ir acompañado de la mejora en las condiciones laborales, en nuestro puesto, suponer un ascenso… Muchas veces nos quedamos estancados porque no somos visibles.
Establecer retos a corto, medio y largo plazo
La sensación de estancamiento puede ser fruto de la falta de objetivos, de ambición. Una buena forma de dejarla atrás es establecerte una serie de metas a corto, medio y largo plazo que te ayuden a recuperar la motivación y la pasión por tu puesto de trabajo. El hecho de tener un objetivo es el mejor aliciente a la hora de afrontar los retos que nos ofrece el día a día en el trabajo. Y si así tampoco consigues superar esa sensación de sentirte atrapado en el trabajo, el reto puede ser un cambio de empleo.