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No vamos a meter el dedo en la llaga: tú ya sabes que llegar tarde a la entrevista de trabajo es algo que debes evitar si deseas generar una buena primera impresión en el reclutador. Sin embargo, a veces la vida tiene otros planes y suceden imprevistos de última hora que no puedes prever ni controlar. Así pues, hoy no vamos a hablar sobre las posibles consecuencias de llegar tarde a la entrevista de trabajo -esas ya las sabes- sino que vamos a elaborar un plan de acción para enfrentarte a la situación y hacer las cosas bien.
¿Qué hacer si vas a llegar tarde a una entrevista de trabajo?
Lo primero de todo: avisa cuanto antes y discúlpate
En cuanto sepas que vas a llegar tarde a la entrevista de trabajo no dudes ni un segundo y llama a la empresa por teléfono. Identifícate, informa de la hora a la que tenías la entrevista, discúlpate y explica el motivo de tu demora.
Ojo: no es conveniente que te excedas en explicaciones pero sí es importante dar una razón de peso que justifique tu tardanza (un problema personal, un accidente, un retraso en el medio de transporte que estás utilizando para desplazarte…) Mucho me temo que quedarse dormido/a no es el mejor motivo que puedes dar en estas circunstancias.
Explica el motivo de la tardanza… pero tampoco te excedas
Si ya has tenido ocasión de explicar la razón de tu tardanza por teléfono, no es necesario que te repitas cuando llegues al lugar de la entrevista (suponiendo que hayan reprogramado la entrevista o al reclutador no le importe esperarte). A estas alturas el seleccionador ya sabrá los motivos de tu demora, así que limítate a disculparte con él/ella y comenzar la entrevista. No conviene perder más tiempo.
No bromees sobre tu tardanza
Tener sentido del humor está fenomenal y te puede ayudar a quitar hierro al asunto, pero este no es un buen momento para hacer bromas al respecto. Por mucho que el reclutador te haya dado una segunda oportunidad tú no sabes hasta qué punto se ha tomado bien (o mal) tu demora y no es conveniente que metas el dedo en la llaga. En el peor de los casos, el reclutador pensará que no te tomas en serio la entrevista.
Mantén a raya tu cabeza
Puede que no hayas empezado con el mejor de los pies pero lo hecho, hecho está. Te has disculpado, has explicado las razones de tu demora y aún así te han dado una segunda oportunidad. Esto es muy buena señal -sin duda les gusta tu perfil profesional– así que cíñete a esto y trata de olvidar que has llegado tarde. Intenta hacer la entrevista lo mejor que puedas.
Envía un correo de agradecimiento tras la entrevista
Aunque siempre e recomendable enviar un correo de agradecimiento tras la entrevista de trabajo, en este caso es aún más importante. El reclutador te ha dedicado más tiempo del que pensaba en un principio y eso es algo que tienes que agradecer.
¿Qué pasa si falto a una entrevista de trabajo?
Supongamos que te has confundido de fecha o que directamente te has olvidado de que tenías una entrevista programada. En cualquiera de los dos casos no has tenido ocasión de avisar al reclutador y por lo tanto se ha quedado esperándote.
Este es el peor de los escenarios posibles, desde luego, y a no ser que lo hayas hecho a conciencia -en cuyo caso sería una enorme falta de respeto hacia el reclutador- debes ponerte en contacto lo más pronto posible con la empresa y ofrecer tus más sinceras disculpas. Sé completamente honesto/a al respecto. Lo mejor es hacerlo por vía telefónica y, si no puedes, directamente al mail de la persona que te iba a entrevistar.
Lo que ocurra a partir de aquí es algo que ya no puedes controlar. El reclutador puede ser comprensivo, valorar tu honestidad y, si de verdad les has gustado como candidato, reprogramar la entrevista. No obstante, también debes prepararte para todo lo contrario: el reclutador puede aceptar tus disculpas pero decidir que no eres el candidato idóneo para la empresa. Si sucede esto último no insistas.