Gran parte de los problemas y contratiempos que pueden darse en el lugar de trabajo tienen que ver con la falta de comunicación, o la mala comunicación. Es por ello que cada vez más líderes se dan cuenta de lo importante que es generar y cultivar un buen flujo de comunicación entre todos los miembros de su equipo, porque saben que ello va a influir directamente en los resultados futuros. ¿Quieres conocer las formas de mejorar la comunicación entre empleados y jefes que te proponemos a continuación?
Tips para conseguir una buena comunicación entre empleados y jefes
En la mayoría de los casos, además, son los mismos líderes los que pueden y deben solucionar esos problemas, aunque también es posible que sean los empleados los que tengan que hacer algo por mejorar la comunicación que existe entre las dos partes. En cualquier caso, existe un conjunto de buenas prácticas, consejos o actitudes que son imprescindibles para garantizar una óptima comunicación entre empleados y jefes. Toma nota:
1. Hay que tener paciencia
Perder la paciencia nunca es una buena opción, ya seas jefe o empleado. Demuestra tener muy poca empatía, y lo único que se conseguirá al tener muy poca paciencia es evitar que los empleados acudan a ti cuando lo necesiten y que te consulten las cuestiones más importantes.
2. Cumplir lo prometido es clave
A veces se hacen promesas con el objetivo de incentivar o motivar a los trabajadores. Es una buena práctica, pero se debe estar seguro de que esa promesa se va a poder cumplir (como una tarde libre o una subida de sueldo), de lo contrario el resultado será el contrario. Por parte de los empleados, si se comprometen a cumplir unos plazos o realizar unas determinadas tareas, lo ideal es que lo cumplan.
3. Proporcionar ayuda a quien lo necesite
Mostrarse dispuesto a ayudar a los demás es algo que provocará que cualquier compañero acuda a ti para informarte o consultarte cualquier cuestión o decisión importante.
4. Dejar claros los objetivos
Muchos problemas de comunicación están causados por el hecho de que, desde el principio, no se plantean bien los objetivos profesionales a conseguir, o bien porque estos han cambiado y no se ha hecho partícipes a los empleados de estos cambios. Es fundamental, si el jefe o líder quiere obtener la máxima información, que implique a los trabajadores desde el inicio de cualquier proyecto.
5. Respeto sí, pero cercanía también
Muchos jefes se esfuerzan por tener un comportamiento que infunda respeto, incluso a veces miedo, pero no son conscientes de que hay una forma de respecto que es mucho más provechosa: la que surge de una relación cercana en la que hay confianza y admiración por el trabajo del otro.
6. La confianza es la base
En ese mismo sentido, se debe trabajar desde el primer momento una comunicación basada en la confianza, esa confianza que hace que un empleado pueda preguntar, consultar o contar cualquier cosa a su superior, y al revés. Aprende a dirigirte a tu jefe tanto por escrito como personalmente y a expresarte en el tono y estilo adecuado.
7. Se debe ser flexible, en la medida de lo posible
Está claro que habrá veces en las que esa flexibilidad no será posible, pero siempre que los plazos lo permitan se debe tratar de dejar un margen razonable a los empleados para que estos puedan ser resolutivos en su trabajo. Y, sobre todo, saber adaptarse a ellos o a cualquier situación que pueda sobrevenir.
8. Escuchar a los demás
No existe comunicación posible si las dos partes no practican la escucha activa. No hablamos solo de oír al otro, sino de tratar de comprenderlo y ponerse en su lugar. Solo así seremos capaces de ofrecer una respuesta que no defraude.
9. Nunca huir de los problemas
No es extraño encontrar jefes que no quieren afrontar los problemas, pero esto es un grave error. Provocará que sus empleados piensen que no se puede contar con él cuando más se le necesita.