El edadismo consiste en la discriminación de una persona o colectivo atendiendo únicamente a su edad. Una actitud que influirá de manera muy negativa en tu equipo de trabajo. Vamos a ayudarte a identificar ejemplos de esta discriminación por edad para que puedas detectarlos y trabajar a nivel interno para eliminarlos.
¿A quién afecta el edadismo en el trabajo?
Estamos acostumbrados a escuchar hablar de las actitudes negativas hacía trabajadores de más edad por no contar con habilidades digitales adaptadas a los nuevos tiempos. Sin embargo, los jóvenes también sufren este tipo de discriminación en sus puestos de trabajo. Se enfrentan a los juicios de los que llevan más tiempo en la empresa y no están dispuestos a escuchar sus ideas y opiniones. No se trata de una cuestión de años, cualquiera puede pasar por este problema con independencia de su edad y conocimientos.
¿Cómo se puede combatir el edadismo?
En primer lugar, es importante que conozcas bien la estructura de tu empresa para poder elaborar un listado de tus empleados en el que se recojan sus características y competencias. La idea es que tus equipos de trabajo sean mucho más heterogéneos y que en ellos se valore y respete a todos los miembros. Promover la colaboración entre distintas generaciones nos ayuda a combatir estereotipos negativos y mejora las relaciones profesionales.
Ejemplos de discriminación por edad…
… en el proceso de selección
Usar criterios discriminatorios como la fecha de nacimiento para llevar a cabo la decisión de contratar o no a un candidato, implica discriminación por edad. Para combatirlo es recomendable eliminar este filtro y fijarse en la experiencia, conocimientos y competencias del profesional. Una entrevista personal te permitirá conocer mejor a esa persona y evaluar si cuenta con capacitaciones suficientes para desarrollar el puesto vacante.
… en la falta de conciliación
Cada empleado tiene unas circunstancias personales diferentes que influyen, de manera directa o indirecta, en su actividad profesional. No dejes que la edad sea siempre el determinante a la hora de ofrecer o no distintos beneficios, como elegir en primer lugar las vacaciones o tener jornada reducida. Para evitarlo debes ir un paso más allá y tratar de conocer a tus empleados, sus necesidades y aspiraciones.
… en la formación
Las empresas deben apostar por la formación para todos los miembros del equipo y tener claro que la edad nunca es un problema para formarse. Un caso de discriminación por edad sería excluir a los empleados mayores al considerar que no tienen ganas o capacidades para seguir aprendiendo.
… en la falta de comunicación interna
Los líderes son los encargados de garantizar que existen espacios de trabajo agradables en los que los empleados sientan la libertad de expresar sus opiniones e ideas. El papel de los líderes y directivos es implementar y difundir las políticas sobre diversidad que surjan desde el departamento de Recursos Humanos. Con su ejemplo y motivación, los empleados aprenderán a valorar el trabajo en entornos colaborativos e inclusivos.
… en los criterios de despidos
Las empresas se enfrentan a momentos cruciales cuando tienen que llevar a cabo una reducción de plantilla. Dejar que la edad de los empleados sea un elemento a la hora de elegir quien se queda y quien se va, es discriminatorio y poco objetivo. Llegado este momento es importante valorar las capacidades de cada empleado, su implicación para crecer dentro de la empresa, el proceso que ha pasado y cómo ha influido en la empresa.
Sea cual sea la edad de tus empleados, debes tener en cuenta la necesidad de crear sinergias y apoyos entre los distintos departamentos y construir un entorno agradable y creativo. Promover hábitos de vida saludables, invertir en formación y escuchar a tu equipo te ayudará a que todos se sientan parte de la empresa y estén más predispuestos a colaborar para alcanzar objetivos.