El desempleo tecnológico es un fenómeno que preocupa y ha venido preocupando a nuestras sociedades durante muchos años. Conocer su concepto, las causas que lo condicionan y las demandas a futuro, es algo esencial para ser capaces de entender el impacto real de este fenómeno.
El reemplazo tecnológico se está produciendo ya, y hay tanto voces pesisimistas ante los avances de la tecnología, como otros que encuentran el lado positivo señalando nuestra asombrosa capacidad humana de reinventarnos y anticiparnos ante las exigencias del mercado laboral.
¿Te gustaría conocer todos los detalles? ¿Qué sectores y profesiones podrán verse más afectados por el desempleo tecnológico? Te contamos todas las claves a continuación.
¿Qué es el desempleo tecnológico?
Entendemos por desempleo tecnológico a aquel proceso en el que se produce la pérdida de puestos de trabajo por la irrupción de las llamadas TIC (tecnologías de la información y la comunicación); tecnologías que en última instancia, pasarían a desempeñar eficazmente tareas desarrolladas hasta entonces por personas.
Aunque podamos entender este fenómeno como algo actual, lo cierto es que el fenómeno del desempleo tecnológico no es algo nuevo.
Siempre ha existido la preocupación del impacto del desarrollo tecnológico en el trabajo de las personas, especialmente a partir de la primera revolución industrial del siglo XVIII.
Causas que condicionan el desempleo tecnológico
Este fenómeno no puede atenerse sólo a una causa, ya que el desempleo tecnológico no vendría solo causado por el arrollo del avance tecnológico, sino que es algo multicausal. Los motivos de preocupación más palpables respecto a esta situación serían los siguientes:
- La velocidad a la que ahora se produce, dejando paso a primar la automatización de acciones para alcanzar los objetivos propuestos por el sector, cada vez más exigentes.
- El mundo está mucho más interconectado que antes y eso, aumenta inevitablemente también la competitividad.
- Regulación gubernamental respecto al uso de las TIC en entornos de trabajo.
- Nivel de infraestructuras y desarrollo del país.
- Coyuntura económica del sector dónde se desenvuelvan determinados puestos susceptibles de ser reemplazados tecnológicamente.
- Creciente impacto de la Inteligencia Artificial en los procesos de reclutamiento y en el mundo de la empresa en general.
- La velocidad de avance tecnológico que causa que algunas personas o profesiones concretas se «queden atrás».
No obstante, ante todo esto se puede sacar una lectura positiva. Y es que, a efectos del número global de empleos la irrupción de nuevas tecnologías, puede contribuir a crear empleo, o más bien a transformarlo, ya que la tendencia va hacia automatizar aquellas tareas más rutinarias en pos de un mejor desempeño en otras áreas que difícilmente podrán ser sustituidas por las máquinas.
Por tanto, el avance de tecnológico no va a hacer desaparecer el empleo, pero sí podría aumentar la desigualdad en algunos sectores y bajar salarios no cualificados.
Sectores más afectados por el reemplazo tecnológico
Un reciente informe de Bloomberg realizado en base a datos de empleo en los Estados Unidos muestra que, desde al menos seis años, la mayor pérdida en puestos de trabajo debido a los avances tecnológicos se está dando en el sector servicios, en concreto: telecomunicaciones, venta minorista y medios editoriales.
Bloomberg también señala que los trabajos más vulnerables de ser reemplazados serán aquellos peor pagados, de baja cualificación y con actividades monótonas y repetitivas.
Otro de los sectores más afectados es el transporte. Coma paradigma de este hecho, debemos tener ya presentes los sistemas de conducción autónoma.
Otras industrias que podrían verse afectadas a futuro con la revolución tecnológica son:
- Aseguradoras de coches
- Banca
- Fabricantes y distribuidores de suministros industriales
- Agencias de viajes tradicionales
- Talleres de reparación de coches
- Asesoría financiera
Podemos apreciar por tanto, una clara automatización del trabajo en los próximos años en estos sectores que son más sensibles a ello.
Por tanto, cabe pensar que la reinvención de estas profesiones pasará por simplificar parte del trabajo más repetitivo y predecible a través de las máquinas, para dar paso a nuevos entornos de trabajo donde se primen nuestras habilidades personales más «humanas»: comprensión de la cultura, los valores, la moral, la intuición, la empatía, la creatividad, etc.
Desempleo tecnológico vs el empleo del futuro
A lo largo de la historia, los avances tecnológicos han demostrado que la sociedad humana es más que capaz de adaptarse a los cambios. Cuando la fuerza muscular bruta fue reemplazada por animales, nuestra destreza en otras tareas más precisas, adquirió mayor importancia.
Después de la invención de máquinas de producción avanzadas, nuestras habilidades intelectuales nos fueron mucho más requeridas y valoradas, cambiando el mercado de trabajo conocido hasta el momento.
En general, siempre se ha dado una tendencia de muerte-renacimiento en lo que al trabajo se refiere. Por tanto, es necesario preguntarse ¿es el desempleo tecnológico una invención?
Más allá de la lógica preocupación reciente por la irrupción de la Inteligencia Artificial en las empresas ,lo cierto es que ahora mismo estamos redefiniendo los que serán los trabajos del futuro. A raíz del creciente impacto de la IA en el empleo, muchos predicen que la trayectoria hacia un futuro sin empleo humano continuará creciendo.
A pesar de que la IA y la automatización (aproximadamente la mitad del empleo total en países desarrollados) amenazan los puestos de trabajo físicos y mal remunerados en entornos estructurados y predecibles, inevitablemente se crearán más puestos de trabajo.
Por tanto, cabe esperar que nuestra relación con las máquinas pase a convertirse en una relación colaborativa en la que éstas no reemplazarán a los humanos en sus tareas, sino que las complementarán y servirán de punto de apoyo para potenciar nuestra habilidades. Y en el lado opuesto, también encontraremos el desarrollo de nuevos puestos dedicados a crear, implementar, mejorar y supervisar el trabajo realizado por esas nuevas inteligencias.
Recordemos pues, que un alto porcentaje de profesiones que surgirán de aquí a 20 años, aún no se han inventado.
Entre las tendencias de empleo que se prevén para los próximos años, los perfiles más solicitados serán aquellos con formación y experiencia en las necesidades más innovadoras. Se valorarán tanto perfiles flexibles y transversales con capacidad de anticiparse a los nuevos empleos, como aquellos vinculados directamente a las herramientas tecnológicas: big data, inteligencia artificial…