Cada día nos enfrentamos a la necesidad de tomar distintas decisiones que nos ayuden a seguir adelante con nuestra vida y obligaciones. Ser capaces de hacerlo y, además, elegir las que más nos benefician, nos ayudará a avanzar y alcanzar nuestros objetivos. No tomar decisiones puede parecer una opción más fácil pero conlleva problemas al evitar enfrentarnos a una situación que puede que no se resuelva sola. En ocasiones tomamos decisiones de manera precipitada sin tener en cuenta las consecuencias que de ellas se derivan o nos dejamos llevar por lo que opinan los demás y perdemos de vista nuestro propio criterio. Si aprendemos a mejorar nuestras capacidades para la toma de decisiones evitaremos que esto ocurra y seremos menos vulnerables a las presiones del entorno.
Pasos a seguir ANTES de tomar una decisión
Lo más importante es que, antes de decidirte por una u otra opción, te asegures de que cuentas con toda la información posible. Es necesario que conozcas bien tanto la cuestión en sí, como lo que implican las distintas alternativas que puedes elegir. Con todos esos datos podrás elegir, de manera consciente y objetiva, cual es la opción más conveniente.
Tienes que tener en cuenta que siempre pueden aparecer elementos externos que influyan de manera directa o indirecta en tu propia toma de decisiones. Estos factores pueden ser financieros, humanos o laborales. Pararte a analizarlos te ayudará a conocerlos mejor y así evitar que te afecten de manera negativa. De esta forma sentirás que tienes un mayor control de la situación y que cuentas con toda la información a tu alcance para elegir.
Consejos para mejorar en la toma de decisiones
Conoce bien el problema/situación a la que te enfrentas
Conocerte a ti mismo/a como profesional es imprescindible para tomar una decisión acorde con tus objetivos. Por ello dedica unos minutos a analizar el punto en el que estás y contemplar todas las variables. Define el estado actual, que es donde estás ahora mismo y el estado deseado, es decir, adonde quieres llegar.
Recuerda que no siempre existe una única opción correcta
Utiliza la objetividad para valorar todas las opciones que tienes a tu disposición. Cuando lo hagas comprobarás que existen más alternativas que las que parecía a simple vista.
Piensa qué variables externas pueden condicionarte
Quizás sean las consecuencias de elegir una determinada opción o las pérdidas que pueda conllevar no elegir de manera correcta. No te dejes condicionar por ellas, simplemente haz un listado para que puedas conocerlas y así saber cómo puedes enfrentarlas y combatirlas.
Piensa en alternativas a todas las posibles consecuencias que has definido
Así les quitarás importancia y comprobarás que existen soluciones, por lo que podrás elegir sin esa presión.
Analiza los pros y los contras de cada una de las alternativas que tienes
Si es necesario realiza una lista, así podrás ver de una forma más clara las características de cada una de ellas y conocerlas mejor para poder elegir. Esto es más sencillo de la mano de una herramienta para mejorar la toma de decisiones o de un generador de árbol de decisiones que te ayuda a evaluar cada opción o alternativa.
Prioriza
Ahora que ya sabes qué es lo que pasa y cuáles son los factores que te pueden influir en la toma de decisiones, elige qué es lo más importante para ti. ¿Qué necesitas conseguir, mejorar o incluso evitar tomando una determinada decisión?
No te dejes influir demasiado por el resto
El camino que elijas será tuyo y debes ser consecuente con tus ideas y objetivos. Es bueno que consultes con tus personas de confianza, pero confía en tu propio criterio.
Aprender a tomar decisiones es posible si eres capaz de pararte a reflexionar, entender y valorar todas las variables que existen. Además, la confianza en tu propio criterio y en tus propias capacidades, te ayudará a elegir la alternativa que mejor se adapta a lo que necesitas en cada momento.