Hacer prácticas en empresas está a la orden del día. Tanto, que muchos estudiantes y recién graduados no acaban de comprender las diferencias existentes entre unas prácticas y otras. La diferencia entre prácticas extracurriculares y curriculares, sin ir más lejos, es una de las dudas más recurrentes, ya que si las prácticas curriculares y extracurriculares van destinadas a los alumnos universitarios… ¿En qué nos basamos para escoger unas u otras? La respuesta, a continuación.
¿Prácticas curriculares o extracurriculares?
Las prácticas académicas externas curriculares y extracurriculares de los estudiantes universitarios dependen de dos factores: el número de créditos superados de la titulación y la inclusión de la oferta de prácticas en el Plan de Estudios del alumno.
Las prácticas extracurriculares, también conocidas como prácticas voluntarias en empresa, no pertenecen al Plan de Estudios del alumno y solo pueden ser solicitadas cuando éste ha superado el 50% de los créditos de su titulación (aunque este porcentaje puede variar dependiendo de la Universidad). Las prácticas externas extracurriculares tienen carácter voluntario y, por lo tanto, están exentas de convocatorias y calificación final. El alumno, que puede presentar una carta de autocandidatura para prácticas profesionales en la empresa deseada, tendrá que esperar el visto bueno de la Universidad a su solicitud.
Por otro lado, las prácticas curriculares sí están integradas en el Plan de Estudio y, por lo tanto, están diseñadas en base a unas competencias y objetivos académicos. Aunque las prácticas externas curriculares y extracurriculares posean la misma finalidad -complementar la formación académica del alumno- el tratamiento de las prácticas curriculares es como el de cualquier otra asignatura (dos convocatorias, asignación de créditos ECTS y seguimiento de un tutor académico).