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Por todos es sabido que el mayor activo de una empresa son sus empleados, sobre todo si estos son trabajadores contentos. Para ello, se les debe motivar y facilitar su desarrollo profesional. Por eso, la formación bonificada puede ser el instrumento perfecto para mantener una plantilla al día y en formación continua, lo que a su vez mejora la productividad y la eficiencia de la empresa. ¿Pero cómo funciona la formación bonificada para los trabajadores exactamente?

¿A quién va dirigida la formación bonificada?
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¿En qué consiste la formación bonificada?

A través de esta modalidad formativa, la Seguridad Social y la Fundación Estatal para la Formación en el Empleo (FUNDAE), ofrece a las empresas bonificaciones para ejecutar actividades de formación y reciclaje profesional, que pueden ser llevadas a cabo tanto a través de la empresa como a través de centros especializados.

La empresa tiene derecho a una determinada cantidad por empleado para destinar a la formación continua de los trabajadores, que será deducida de las cotizaciones a la Seguridad Social. La empresa adelanta el importe y puede pedir la bonificación a partir del mes siguiente a la realización del curso. Dicha bonificación tendrá los siguientes porcentajes:

  • De 1 a 9 empleados: bonificación del 100 %.
  • De 10 a 49 trabajadores: bonificación del 75 %.
  • De 50 a 249 trabajadores: bonificación del 60 %.
  • De más de 250 trabajadores: bonificación del 50 %.
Requisitos para acceder a los cursos bonificados de la antigua Fundación Tripartita
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Requisitos para impartir formación bonificada

Para beneficiarse de estas ayudas, la empresa debe comenzar por consultar el crédito de formación que le corresponde, que es anual y de carácter variable, ya que depende de las cotizaciones de los trabajadores en el año anterior. Es importante que la empresa esté pendiente de ejecutar este crédito porque se pierde y no se puede recuperar.

También es necesario un certificado digital para registrarse en el sistema informático y aportar datos acerca de la empresa, de los trabajadores y de los cursos propuestos.

La empresa informará a los trabajadores sobre los objetivos de la formación, los destinatarios, el calendario, el lugar y los criterios de selección de los participantes. Si no hubiera acuerdo con el plan de formación dentro de la empresa, se deberá iniciar un procedimiento de negociación para establecer un acuerdo con los trabajadores.

¿A quién va dirigida la formación bonificada?

Estos cursos van destinados a todos los trabajadores bajo el régimen general de la Seguridad Social, y también a las personas que se encuentren en las siguientes situaciones:

  • Trabajadores fijos discontinuos en periodos de no ocupación.
  • Parados en situación formativa.
  • Trabajadores afectados por un ERE.

No obstante, la normativa actual da prioridad a los trabajadores de PYMES, a los mayores de 45 años, a empleados con baja cualificación y a personas con discapacidad.

Ventajas de la formación a distancia
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Características de la formación bonificada

La formación bonificada deberá ser gratuita y superior a dos horas lectivas. Además, la empresa debe garantizar que se comunica el inicio del curso y debe disponer de todas las justificaciones documentales y de verificación para poder verificar que se ha ejecutado la actividad formativa.

Con ese fin, la empresa debe de hacer uso de hojas de control de asistencia y certificados de participación. También está obligada a conservar todas las facturas de gastos que haya podido generar la ejecución de la actividad formativa.

Es la propia empresa quien elige qué tipos de formación dentro de la empresa va a impartir a sus empleados, dependiendo de sus necesidades. Sin embargo, la FUNDAE da prioridad a los cursos cuyas temáticas sean:

  • Tenologías de la Información y las Comunicaciones.
  • Prevención de Riesgos Laborales.
  • Protección del Medio Ambiente.
  • Promoción de la igualdad de género.

Por último, la empresa decide la modalidad, cursos online o cursos presenciales, y si asume la formación internamente o recurre a centros formativos externos.

Como cualquier otra formación, supone de hecho una inversión en capital humano y, en ocasiones, también económico, según el caso. Por este y otros motivos, es muy conveniente que se enfoque como una oportunidad de mejora que repercute de manera positiva en la propia empresa.

Diferencias entre la formación bonificada y la formación subvencionada

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