¿Alguna vez has experimentado agotamiento, dificultad para concentrarte, problemas de ansiedad al realizar videollamadas, dolor de cabeza o cansancio ocular? ¿Y si te decimos que esto puede tratarse de fatiga zoom? Son muchas las personas, sobre todo durante el confinamiento del covid, que terminaron generando un gran rechazo a las videollamadas. Además, con el auge del teletrabajo las reuniones on-line o reuniones virtuales han llegado para quedarse y los trabajadores y estudiantes están experimentando las consecuencias.
¿Qué es la fatiga Zoom? Aprende a identificarla
A día de hoy, «hacer un zoom» ya se ha normalizado tanto que se ha tomado como una expresión que refiere a realizar una videollamada, al igual que pasó con «googlear». En pleno confinamiento, este programa de videollamadas se popularizó tanto que muchos llegamos hasta a odiarlo, aunque resultaba realmente útil. El problema residió, y reside, en que los entornos virtuales, para muchas personas, resultan mucho más extenuantes. Es por ello que, con el tiempo, apareció el término fatiga zoom para hacer referencia a la sensación de tener que estar siempre conectado y tener que realizar videollamadas a todas horas con todo el mundo.
¿Qué es lo que nos causa esta fatiga Zoom?
Algunos doctores en psicología, como es el caso de Jeremy Bailenson, han realizado ya diversos estudios para tratar de identificar qué es lo que nos causa la fatiga en las videollamadas. Algunas de las causas más importantes son:
- El contacto visual: las videollamadas requieren un contacto visual continuo, que no deja escapatoria. En la vida real tenemos recursos para evitar miradas o gestos para no sentirnos incómodos. En las videollamadas esto desaparece. Esto se debe a que nuestra comunicación no verbal se ve muy limitada a través de la pantalla.
- La mirada: al tener una comunicación no verbal tan reducida todo recae en el peso de la mirada y los gestos de la cara. Esto nos causa una preocupación tanto a la hora de emitir el mensaje como de recibirlo. ¿Estaré comunicando bien las emociones con mi rostro? ¿Qué es lo que me quiere decir, qué es esa mueca? Además, casi sin darnos cuenta, tendemos a exagerar mucho más nuestros gestos. Alzamos la voz, gesticulamos más de la cuenta, miramos directamente para que el emisor sepa que estamos atentos… Y, al final, esto nos causa estrés. Es más cansado asimilar la información auditiva y la comunicación no verbal del vídeo que asimilar el audio por sí solo.
- Vernos a nosotros mismos: ¿Cuándo fue la última vez que estuviste mirándote en movimiento durante mucho rato? Las videollamadas fuerzan esta situación, y no estamos nada acostumbrados/as a ello. Esto nos añade el estrés de la autoevaluación y tendemos a juzgar nuestra apariencia y nuestra forma de comunicarnos.
- Cuerpo inmóvil: Tu cuerpo está completamente inmóvil durante horas, lo que puede disminuir tu rendimiento cognitivo.
¿Cómo podemos evitar la fatiga Zoom durante el teletrabajo?
Ahora que ya sabes qué es la fatiga Zoom y cuáles son sus consecuencias, la parte buena es que puedes realizar una serie de acciones y tener en cuenta consideraciones para mejorar la situación e incluso librarte de esta fatiga a las videollamadas.
Evita el modo pantalla completa
Para poder reducir la fatiga por exceso de contacto visual durante las videollamadas, lo más recomendable es evitar el modo de pantalla completa. Trata de mantener el programa minimizado y reduce el tamaño de las cámaras de las personas. Además, también puedes tomar distancia de la pantalla.
Evita mirarte a ti mimo
Con el fin de evitar admirarte a ti mismo/a y juzgarte, una de las mejores opciones es trata de no mirarse al hablar. Además, algunas plataformas de video ya permiten minimizar la ventana de la propia webcam o incluso ocultarla para nosotros mismo. Así que trata de buscar la opción para deshabilitar la función reflejo de la persona.
Contra la poca movilidad
Frente a esta problemática lo que te recomendamos es que tomes distancia de la pantalla o de la cámara y trates de encontrar un lugar con espacio suficiente para realizar la llamada. Trata que sea un sitio en el que puedas gesticular sin problemas, sin que ningún objeto te moleste.
Sentido común
Por último, lo que recomendamos es tener sentido común a la hora de convocar videollamadas durante el teletrabajo. Como consejo, estas han de ser cortas y útiles, de nada sirve estar horas tratando un tema porque se pierde el interés y se consigue llegar al punto de fatiga. Las reuniones se han de convocar cuando son estrictamente necesarias y han de ir al grano.
Levántate y muévete
Estar sentado durante un largo periodo de tiempo mientras asimilas información puede ser agotador. Si su mente empieza a divagar, no dudes en preguntar a tus jefes o compañeros de trabajo si te puedes levantar y estirar durante 1 o 2 minutos.
Reduce las distracciones en pantalla
Intenta reducir las distracciones en la medida de lo posible. Desactiva las notificaciones, utiliza un fondo neutro e intenta cambiar la configuración para que no puedas ver tu propia cara en la pantalla. Reducir las distracciones en la pantalla permitirá que tu cerebro se concentre en lo que necesita en ese momento.
Sé selectivo
Las videollamadas no tienen por qué ser la opción por defecto para todas las comunicaciones. Intenta utilizarlas solo cuando sea necesario. Presta atención a cómo te sientes y, si crees que estás experimentando la fatiga de Zoom, pregunta si puedes llamar o enviar un mensaje de texto a alguien en lugar de chatear por vídeo. Puede que hasta ellos lo prefieran.
Las videollamadas son una gran herramienta para trabajar desde casa. Aunque la fatiga de Zoom es una realidad, si la comprendes y sigues algunos pasos básicos, puedes hacer que la tecnología no se convierta en tu enemigo mientras teletrabajas.