La asertividad no es una cualidad común en todas las personas. Hay quien es asertivo sin ningún esfuerzo y quien debe ser disciplinado para poner en práctica un comportamiento asertivo en el entorno laboral. En cualquier caso, tanto para unos como para los otros, ser más asertivo en el trabajo conlleva enormes beneficios.
Por un lado, siendo asertivo se conseguirá el respeto de los demás por mostrar una personalidad fuerte y bien definida. Y, por otro lado, se logrará también la aceptación y el agrado de la mayoría de jefes y compañeros, pues esa fuerte y definida personalidad también irá acompañada de las habilidades blandas más valoradas: la humildad, la negociación y la empatía.
Consejos para aumentar la asertividad en el trabajo
¿Tú también quieres ser más asertivo en el trabajo y conseguir así un mejor ambiente y mejores resultados en el entorno laboral? Toma nota de los siguientes consejos:
1. Confía en ti mismo
La confianza y la seguridad en uno mismo son la base de un comportamiento asertivo. Cuando queremos hacer una crítica constructiva en el trabajo y/o expresar nuestro punto de vista acerca de un tema en concreto, no debemos hacerlo con dudas ni pidiendo perdón por no estar de acuerdo con el resto. Siempre desde el respeto, debemos hacer valer nuestra opinión.
2. Sé siempre sincero
En la misma línea, otro rasgo de la personalidad asertiva es esa confianza nos debe permitir ser siempre sinceros con los demás. No ocultar lo que pensamos ni tampoco mentir, pues estas actitudes pueden acarrear más tarde problemas y conflictos. Además, siendo sinceros y coherentes siempre, lograremos generar una imagen consistente de nuestra persona, que todos identificarán y valorarán más fácilmente.
3. Las palabras que escoges son importantes
Aun así, aunque ser sincero es de vital importancia, debes hacerlo cuidando mucho tus palabras. Deben ser siempre respetuosas, sin despreciar a las otras posiciones u opiniones, pero con la suficiente seguridad para que los demás las tomen en serio.
En este sentido, una de las palabras más peligrosas es ‘pero’. ‘Estoy de acuerdo, pero‘ indica que, en realidad, no estás de acuerdo y estás mintiendo. ‘Pienso esto, pero‘, por su parte, es una afirmación que resta valor a tu pensamiento.
4. Mantente informado
La presentación de argumentos y las negociaciones en el entorno laboral no se pueden producir de manera óptima si los participantes no están correctamente informados. Por eso, es importante antes de mostrar tu opinión al equipo que te asegures de contar con los mismos datos que los demás. De lo contrario, tu exposición carecerá de valor.
5. Ponte siempre en la piel del otro
La empatía es siempre fundamental en estos contextos. Puede que estés seguro de lo que piensas, pero ponerte en el lugar del otro puede ayudarte a introducir algunos matices que, quizá, mejoren aún más tu postura, haciéndola más válida para los demás.
6. Sé flexible
No es posible ser asertivo si no se sabe escuchar y adaptarse a cada situación. Habrá ocasiones en las que tengas muchas ganas de decir lo que piensas, pero quizá no sea el momento o no estén en la sala las personas adecuadas. Valora cada aspecto antes de actuar.
7. Controla la ansiedad
Son muchas las situaciones en las que sentimos ansiedad y bloqueos mentales en el trabajo, pero esta es precisamente la peor enemiga de la asertividad. Encuentra las técnicas de relajación que mejor te funcionen y aplícalas en los momentos más tensos.
8. Regula tu tono de voz y tus gestos
Ser asertivo o saber decir que no en el trabajo no conlleva, en ningún caso, ser agresivo. A veces, sin darnos cuenta, nuestro tono de voz y nuestra actitud corporal pueden mostrar cierto nerviosismo o agresividad, por eso es importante controlarlos para que eso no ocurra. De lo contrario, se echarán a perder el resto de esfuerzos que se han hecho para tener una actitud asertiva en el trabajo.