Las referencias personales son, probablemente, el único apartado de nuestra hoja de vida cuya escritura no depende de nosotros. Dado que las referencias laborales son valoraciones del trabajo que hemos realizado en una empresa, no tendría mucho sentido que las escribiéramos de nuestro puño y letra. ¡Los reclutadores buscan objetividad!
Sin embargo, sí somos nosotros los que podemos escoger qué referencias poner en una hoja de vida y, por supuesto, a quién poner en las referencias personales. Para ello tendremos que seguir ciertas pautas que nos garanticen tomar la decisión adecuada.
¿Quién debe redactar nuestra referencia laboral?
¿A quién pedir una carta de recomendación? Antiguos jefes, compañeros de trabajo, familiares, amigos… Son muchas las personas que pueden redactar nuestras referencias personales. La pregunta ahora es: ¿Podrán dar una opinión formada sobre nuestro trabajo? Cuando nos preguntemos a quién poner como referencia personal recurriremos a las preguntas para solicitar referencias personales. De nada sirve que un ex compañero escriba nuestras referencias si nunca ha trabajado codo con codo con nosotros -o si no tiene nada bueno que decir-.