Son muchos los trabajos en los que es necesario seguir un horario de turnos. La empresa no puede cerrar por la noche, o debe mantenerse abierta más horas de las consideradas habituales, por lo que los trabajadores deben cubrir todo ese tiempo mediante el trabajo por turnos. Si es tu caso, o si conoces a alguien cuyo trabajo esté gestionado por este sistema, sabrás que no siempre es fácil encajarlo con el resto de actividades diarias, ni compaginarlo para conciliar adecuadamente la vida laboral con la personal. Así pues, ¿cómo afecta el trabajo a turnos al trabajador, tanto en el lugar de trabajo como fuera de él?
Para entenderlo mejor, es indispensable conocer las características del trabajo por turnos, así como saber cuáles pueden ser sus consecuencias, tanto físicas como psicológicas, para las personas que trabajan de esta forma. Asimismo, también hay que tener en cuenta que existen técnicas o trucos para que esas consecuencias no afecten tan directamente a la vida del empleado por turnos. ¿Quieres conocerlas?
¿Cómo es el trabajo por turnos?
El trabajo por turnos está justificado en la necesidad de las empresas de mantenerse abiertas más de las 8 horas diarias habituales. Como, legalmente, no es posible que un trabajador tenga un horario de mayor duración (sin tener en cuenta las horas extraordinarias), se hace necesario implantar un sistema por turnos.
Este sistema puede ser fijo, o bien rotatorio. Si es fijo, cada trabajador tiene siempre el mismo horario (de mañana, de tarde o trabajar en el turno de noche) y, si es rotatorio, ese horario va variando cada día, cada semana o cada mes. Cada una de estas variantes tiene sus ventajas y sus inconvenientes.
Con el sistema de turnos fijos, el trabajador puede acostumbrarse a su horario hasta que este no resulte un problema para él. Y con el sistema rotatorio, puede ir adaptando sus diferentes necesidades en función de los turnos que tenga cada día, sin que además el horario llegue a saturarle.
Consecuencias del trabajo a turnos en el empleado
La primera consecuencia, y la más evidente de todas, es la que tiene que ver con los horarios de sueño, la facilidad para conciliarlo que tiene cada uno y los ritmos circadianos. A veces, aunque queramos, no nos es posible quedarnos dormidos si lo intentamos a unas horas a las que no estamos acostumbrados, o que no cuadran con nuestros ritmos circadianos. Esto, a su vez, puede influir en nuestro estado de ánimo, provocando que estemos más sensibles o irascibles si no hemos descansado bien.
Algunos expertos, además, aseguran que el trabajo por turnos rotatorios puede hacer que se reduzca la esperanza de vida de los trabajadores que trabajan bajo esta modalidad. Esta afirmación puede parecer algo exagerada, pero tiene su explicación lógica. El esfuerzo que requiere adaptarse a cada nuevo turno suele requerir de varios días hasta que se consigue la completa adaptación, pero entonces llega el momento de rotar y el organismo tiene que volver a acostumbrarse al nuevo horario.
Este desgaste evidente puede terminar pasando factura. De hecho, en el trabajo para mayores de 40 está totalmente desaconsejado trabajar por turnos. Directamente relacionado con la salud, encontramos que el trabajo por turnos puede producir insomnio crónico, incrementar la tensión arterial y el riesgo de padecer alguna enfermedad cardiovascular. Adicionalmente, el sistema inmunitario de los trabajadores por turnos también puede verse afectado.
Y, si hablamos concretamente de uno de los turnos, en este caso el de las tardes, la consecuencia que más suele afectar a los trabajadores es la falta de tiempo para compartir momentos con su familia. Lo más frecuente es que tanto la pareja como los hijos tengan tiempo libre por las tardes, por lo que es habitual que lo pasen mal por no compartir esos momentos con ellos, sobre todo si son turnos fijos.
En el portal Emprendepyme.net encontrarás una guía detallada sobre los turnos rotativos y los diferentes tipos de turnos que puedes realizar en tu puesto de trabajo.