Es la pescadilla que se muerde la cola, el eterno debate: ¿Si no me dan trabajo porque no tengo experiencia… cómo voy a conseguir la experiencia que necesito para encontrar mi primer empleo? Prácticamente todos nosotros nos hemos visto alguna vez en esta situación: recién salidos de la Universidad o del centro de estudios y sin poder acceder a nuestro primer trabajo porque no tenemos la experiencia requerida. Sin embargo, no es imposible encontrar trabajo si no tienes experiencia. Quizá más difícil que los que ya tienen una trayectoria profesional, pero no imposible. A continuación te damos una serie de caminos -algunos más o menos obvios- para adquirir experiencia si no te dan trabajo.
Prácticas en empresa
Empecemos por lo más obvio: las prácticas curriculares o extracurriculares. Tanto si no has terminado tus estudios como si acabas de finalizarlos, es posible que tengas una bolsa de prácticas remuneradas en tu centro de estudios o Universidad. Si cumples los requisitos y tu Universidad/centro de estudios puede firmar un convenio de prácticas con la empresa que te interesa… ni lo dudes.
Hacer unas prácticas en empresa es la vía más rápida para encontrar tu primer trabajo a posteriori. ¿Por qué? Porque aunque las prácticas NO están consideradas experiencia laboral propiamente dicha, sí te permiten aprender, desempeñar un puesto de trabajo y adquirir nuevas competencias y habilidades. Además, claro está, existe la posibilidad de que te contraten después de hacer tus prácticas en la empresa. En última instancia todo dependerá de las necesidades reales que tenga la empresa de contratar a alguien en plantilla, pero es una probabilidad que debes contemplar.
Tira de agenda y pide referencias
¿Ayudaste a tus padres en el negocio familiar? ¿Trabajaste en verano como camarero, repartidor o au pair? ¿Hiciste buenas migas con el tutor/a que te asignaron para hacer el proyecto de fin de carrera? Como ves, las posibilidades son inmensas y siempre hay alguien que nos puede recomendar. Ponte en contacto con estas personas y pide referencias personales sobre tu trabajo, tu esfuerzo y tus habilidades. Tener una red de apoyo que, en definitiva, hable bien de ti como profesional, es una muy buena carta de presentación.
Realiza alguna actividad de voluntariado que esté relacionada con tu actividad
Hoy en día prácticamente todas las profesiones pueden tener cabida en una actividad de voluntariado. Algunas de estas asociaciones necesitan a gente de comunicación, de logística, de ingeniería, de medicina, de educación… Se trata de hacer un ejercicio de research y encontrar la asociación que mejor encaje con nuestros intereses profesionales. Eso sí: has de saber que la gran mayoría de estas actividades, al no tener ánimo de lucro y funcionar por medio de donaciones, puede que no sean remuneradas. Aún así, es una experiencia que podrás añadir a tu currículum.
Céntrate en algún proyecto personal
Si tienes algunos ahorros o puedes permitirte estar un tiempo «parado/a» económicamente hablando, puedes marcarte unos objetivos a corto/medio plazo y trabajar a destajo en tu proyecto personal (una idea de negocio que tengas en mente, seguir ampliando tu trabajo de final de carrera, un proyecto artístico que quieras presentar en galerías o centros culturales…) No te vamos a decir lo de «Si no encuentras trabajo, créalo» porque a veces no es tan sencillo como nos lo pintan, pero si crees que tu proyecto puede traerte alegrías en un futuro, pégale un empujón.
Participa en concursos y lanzaderas de empleo
El punto anterior nos lleva irremediablemente a este. A día de hoy existen muchas convocatorias y concursos que están dirigidos a jóvenes sin experiencia laboral que tienen un proyecto potente entre manos. Prepara un listado con las convocatorias que están relacionadas con tu especialidad y empieza a presentar tu proyecto a diestro y siniestro.
Lo mismo ocurre con las lanzaderas de empleo, que nos dan las habilidades y los contactos necesarios para ir un paso más allá en la búsqueda de empleo. Muchas de estas lanzaderas son más útiles si ya tenemos un proyecto personal entre manos, ya que podrás trabajar «sobre el terreno» y dejar listo tu proyecto para moverlo a posteriori.
Busca un empleo que no esté relacionado con tu especialidad
Ojo: esto no significa que debas rendirte y dejar de buscar un trabajo «de lo tuyo» (es decir, de lo que has estudiado) pero encontrar un empleo remunerado, aunque sea a tiempo parcial, te permitirá desarrollar una serie de competencias (comunicativas, de negociación, de atención al cliente, de trabajar bajo presión…) que te ayudarán a encontrar el trabajo que quieres.
A ojos de un recruiter, no es lo mismo un candidato sin ningún tipo de experiencia laboral que un candidato que todavía no ha podido trabajar de lo suyo pero ya ha formado parte del mercado de trabajo, aunque sea a media jornada.
Emprende y apuesta por el autoempleo
Seamos sinceros: para emprender hace falta dinero; un dinero que probablemente no tendrás cuando finalices tus estudios. Sin embargo, pueden pasar dos cosas:
- Tienes un dinerillo ahorrado y puedes invertirlo en tu página web o en el proyecto personal que estás desarrollando. Esta será una carta de presentación más que notable para las empresas a las que envíes tu currículum.
- No tienes dinero pero te has juntado con un grupo de compañeros de la Universidad que tienen las mismas inquietudes que tú, se encuentran en la misma situación y cada uno de ellos es muy bueno en una cosa concreta. La unión hace la fuerza.