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El acoso en el trabajo es una conducta inaceptable que puede apreciarse en el entorno de trabajo, tanto por parte de un superior como de un compañero de actividad. No está limitado a un sexo en concreto ni a una edad específica, pudiéndose encontrar en multitud de sectores y ámbitos. Hace años el acoso laboral ni siquiera estaba catalogado como delito, lo que dificultaba su identificación y provocaba un vacío legal que podía ser aprovechado por los acosadores para continuar con su conducta de hostigamiento. Sin embargo, en la actualidad cada vez es mayor el nivel de conciencia social para poner freno a las conductas que constituyen acoso laboral, que no hacen más que degradar el ambiente de trabajo.

¿En qué consiste el acoso laboral?
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¿Qué actitudes comprende el acoso laboral?

El acoso laboral o mobbing comienza con un comportamiento irrespetuoso y dañino hacia uno de los profesionales, y tiene como objetivo hacer que el empleado comience a sentirse mal en su puesto de trabajo y termine por renunciar a él.

El acoso laboral o mobbing es una situación compleja y peligrosa, en el sentido de que estar expuesto a este tipo de comportamientos negativos, como insultos, humillaciones o una excesiva carga de trabajo puede terminar por causar importante daño psicológico y de salud.

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1. Hacer comentarios sobre el aspecto físico

Evidentemente, un comentario aislado sobre el aspecto físico no implica una situación de acoso. Pero en ocasiones esa situación comienza a normalizarse, y puede ocurrir que un compañero de trabajo empiece a resultar maleducado y molesto por sus constantes comentarios.

Esto en ocasiones se suma al hecho de utilizar herramientas digitales como el Whatsapp o los chats en línea, para dar opiniones del aspecto de otros compañeros o formar grupos en los que compartir «cotilleos» de índole personal y temas similares. Es imprescindible hacer un buen uso de las Redes Sociales en el trabajo para que esto no suceda.

2. Comentarios sexistas

En ciertos entornos laborales, es frecuente una actitud machista que ensombrece las relaciones entre los compañeros. De hecho, en muchas ocasiones ciertas cualidades que para un sexo estarían bien vistas, como sucede en el caso del liderazgo, pueden resultar inadecuadas para una mujer que se consideraría una «mandona». Cuando el acoso laboral adquiere una perspectiva de género, por lo tanto, podemos encontrarnos ante un ejemplo de acoso sexual en ambos sentidos.

Modalidades de acoso laboral
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3. Menosprecio del trabajo

Al margen de que un profesional sea superior del otro, en ningún caso debe menospreciarse el trabajo de un compañero de empresa. Si sucede algún problema durante el desarrollo de un proyecto, cualquier inconveniente deberá tratarse en una reunión formal para identificar los posibles errores o trabas, pero nunca a modo de humillación pública.

Un jefe o un trabajador que aprovecha la vulnerabilidad de otro compañero está actuando bajo una conducta acosadora.

4. Comentarios sobre la sexualidad

La identidad sexual es un tema personal de cada uno que no te debería verse en entredicho por nadie, independientemente de la jerarquía o la posición que ocupe dentro de la empresa.

En ciertos sectores es frecuente la discriminación por homosexualidad. Si es tu caso, puedes poner la situación en conocimiento del sindicato asociado a la empresa para que ellos mismos se encarguen del asunto.

5. Opiniones despectivas sobre la religión

Cada persona tiene derecho a la libertad religiosa y de culto sin que nadie tenga por qué opinar sobre ello, y menos aún si se vierten comentarios despectivos y malintencionados. Los comentarios repetidos sobre la religión de una persona con connotación negativa en el entorno de trabajo, también pueden ser considerados como parte de acoso laboral.

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